OCTUBRE URBANO 2021

Contrastes urbanos: ciudad, desigualdad y
COVID-19

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que cada habitante citadino tenga al menos 9 m² de áreas verdes a su alrededor a no más de 300 metros de distancia o 10 minutos caminando. Cada habitante del Corredor Biológico Interurbano María Aguilar (CBIMA) dispone solamente de 0,95 m² de espacio verde y no en un radio de 10 minutos caminando, según el Diagnóstico del CBIMA. El especial interactivo Contrastes urbanos: ciudad, desigualdad y COVID-19 busca que nos enfrentemos como país a una consulta vital para nuestra salud: ¿dónde están los espacios verdes, cuántas personas tienen acceso a ellos y de qué calidad son esos espacios verdes?

Este mapa interactivo muestra una serie de datos de 5 temáticas, para que usted que nos lee conozca cuánto verde hay en la mayoría de los cantones y distritos que atraviesa el río María Aguilar, en el corazón de la Gran Área Metropolitana (GAM). La subcuenca del María Aguilar es la más densamente poblada del país. Este cuerpo de agua atraviesa 19 distritos de cincos cantones: La Unión, Curridabat, Montes de Oca, San José y solo San Felipe de Alajuelita. En el CBIMA viven más de 402 mil habitantes, el 8% de la población nacional; en una extensión de más de 3 mil 800 hectáreas. Esto es el 2% de la GAM. Pero es un espejo de nuestra gris ciudad.

El verde no es un lujo, ¡es salud! Pero debemos entender cuánto verde hay, para comprender verdaderamente el tamaño del reto por conservar y ampliar el verde, para que más personas tengan acceso a más salud. Para celebrar Octubre Urbano 2021, desde el Proyecto Paisajes Productivos MINAE-GEF-PNUD analizamos datos del Monitoreo del Cambio de Uso y Cobertura del Suelo en Paisajes Productivos Urbanos (MOCUPP Urbano); de la plataforma Geoexplora del Ministerio de Viviendas y Asentamientos Humanos (MIVAH); del MIVAH sobre asentamientos informales; del Atlas de Servicios Ecosistémicos generado por la cooperación alemana (GIZ); sobre población del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC); del Ministerio de Planificación (MIDEPLAN): del Ministerio de Salud; del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para presentar en un solo mapa el estado de los distritos del CBIMA en cuanto a trama verde (metros cuadrados), espacios verdes recreativos o temperatura, entre otros.

Al navegar y comprender este interactivo, podemos entender la urgencia de conservar y aumentar el verde para nuestra salud.

¿Qué analizamos? 7 capas de datos en 4 temáticas – Cliquear cada color para conocer más sobre el análisis

Temática 1

Superficie verde por habitante: ¿a cuánto verde tienen acceso en el CBIMA?

Las áreas verdes en la ciudad mejoran la salud y el bienestar de sus habitantes. Los ecosistemas urbanos otorgan servicios indispensables para su subsistencia y calidad de vida. El tamaño, acceso y la ubicación de parques y zonas verdes tienen significado para los ecosistemas y las personas. El gris de la ciudad nos limita el acceso a la naturaleza y nos expone a problemas como aire contaminado y ruido. Debemos exigir más verde en nuestra comunidad.

 

Temática 2

Desigualdad en el acceso a la trama verde: ¿cuánto tienen disponible las personas habitantes de asentamientos informales?

La desigualdad no se limita al terreno económico. Va más allá de los ingresos y abarca múltiples esferas de la vida de las personas. La pandemia mostró varias de esas desigualdades, incluyendo el acceso a espacios verdes al aire libre en la ciudad. La actividad física y la recreación en espacio verdes al aire libre es parte de nuestra salud. ¿Qué pasa si dónde vivo es más difícil ese acceso? En el CBIMA hay 26 asentamientos informales en 9 distritos. Ninguno tiene acceso a amplias zonas verdes.

Temática 3

¿Cuántos árboles tengo en mi comunidad?

Vivimos con déficit de árboles que calienta la ciudad. Los árboles son sinónimo de salid: reducen niveles de CO2; son reservorios de carbono; regulan el clima; amortiguan el ruido; generan la recreación; y son casa de más biodiversidad. Estudios han recomendado que haya un mínimo de un árbol por cada 3 habitantes para respirar un mejor aire en las ciudades. Se analizó cuantos árboles por persona hay en el CBIMA. ¡No se llega a ni a un árbol por persona, en ningún distrito!

Temática 4

¿Cuánto calor hay en la superficie?

La ausencia de árboles y de áreas verdes en general contribuyen al calentamiento de la ciudad y al establecimiento de islas de calor. Según los datos de GIZ analizados, San José es el cantón que reporta una mayor temperatura superficial de la tierra con un promedio anual de 44,9 °C. A su vez tiene el mayor número de población y también uno de los cantones con más área construida y poca área verde en su territorio, tan solo el 37% del territorio de San José reporta áreas de trama verde.

ESTE ANÁLISIS ES PARTE DE UN TRABAJO ESPECIAL DEL PROYECTO PAISAJES PRODUCTIVOS MINAE-GEF-PNUD Y EL CBIMA PARA CONMEMORAR ‘OCTUBRE URBANO’

Contrastes urbanos: ciudad, desigualdad y
COVID-19

-Analizamos el acceso de las y los habitantes del CBIMA a espacios verdes que permitan la recreación

En marzo del 2020, Costa Rica presentó su primer caso de COVID-19 y declaró estado de emergencia. Con la pandemia, el planeta ha transitado un camino de angustia, ansiedad, incertidumbre y dolor; acercándonos a 4,8 millones de muertes por la enfermedad al iniciar octubre del 2021. Solo en nuestro país más de 6.400 personas han muerto. Pero debemos hilar entre otro impacto: cómo perdimos el acceso al poco verde dentro de la ciudad.

Salud mental en jaque

Además del lastre físico, se ha reiterado el efecto acumulativo de estrés, cansancio y preocupación en toda la población. La utilización lúdica de los espacios públicos al aire libre (parques recreativos, urbanos, de calistenia, entre otros) son una herramienta para paliar la crisis.

La pandemia nos obligó a mover actividades a espacios abiertos, verdes y al aire libre. El acceso a estos sitios es un activo de salud pública demostrado. Cambiar de escenario, recibir aire fresco y conectar con la naturaleza mejoran la salud física y mental. Debemos preguntarnos ¿cuáles son los espacios que disponemos como habitantes de la ciudad y qué tan verdes y accesibles son?

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que cada habitante citadina tenga al menos 9 de áreas verdes a su alrededor a no más de 300 metros de distancia o 10 minutos caminando.

 

A partir de esta referencia, el equipo del Proyecto Paisajes Productivos MINAE-GEF-PNUD analizó el acceso a espacios verdes al aire libre.

 

El verde no es un lujo ¡es salud!

Los 9 m2 pueden significar mucho o poco en relación con la totalidad de espacios en la comunidad.

No es lo mismo 9 m2 en el centro de San José que en la parte alta de La Unión. Tampoco son iguales espacios públicos cuadrados, pequeños, cerrados; a que sean abiertos, caminables, polifuncionales, bien conectados, con acceso para diferentes poblaciones y que podamos usarlos de forma espontánea cada día.

Por eso también cuestionamos ¿dónde están estos espacios, qué poblaciones pueden accederlos y cómo influyen en nuestro bienestar?

Analizamos datos de varias fuentes:

  • El sistema Monitoreo del Cambio de Uso y Cobertura del Suelo en Paisajes Productivos Urbanos (MOCUPP Urbano)
  • La herramienta GeoExplora del Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos (MIVAH)
  • Los datos sobre islas de calor del Atlas de Servicios Ecosistémicos de la Gran Área Metropolitana (GAM) generado por la cooperación alemana GIZ y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE)
  • datos de población del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC)
  • Ministerios de Planificación (MIDEPLAN) y Salud
  • y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Delimitamos el análisis a 4 de los 5 cantones presentes en el territorio del Corredor Biológico Interurbano María Aguilar (CBIMA): La Unión, Curridabat, Montes de Oca y San José, de los cuales presentamos datos por distrito.

Una conversación pendiente: el derecho a la ciudad

El derecho a la ciudad es la garantía de que todas las personas sin discriminación de ningún tipo puedan habitar, convivir, trabajar, transitar y participar en las ciudades y asentamientos urbanos. La gestión de las ciudades debe realizarse con perspectiva de género, con participación de las mujeres en la toma de decisiones. 

Constituciones recientes – como la de Ciudad de México del 2017 – señala que “el derecho a la ciudad es un derecho colectivo que garantiza el ejercicio pleno de los derechos humanos, la función social de la ciudad, su gestión democrática y asegura la justicia territorial, la inclusión social y la distribución equitativa”. 

El derecho a la ciudad es amplio e incluye aspectos como vivienda asequible, servicios públicos y gobernabilidad. Pero no está completo sin acceso a áreas verdes inclusivas, sostenibles, diversas, en cantidad y calidad suficiente.

La planificación y presupuestación de la inversión en la ciudad – pública y privada – deben acercarnos a este ideal.

Conectar y reconectar con la naturaleza

Nuestro bienestar y salud dependen de la calidad del aire, del agua, del suelo y los espacios verdes. Los ecosistemas urbanos otorgan servicios – desde regular el clima hasta dar agua – que son indispensables para la sobrevivencia y calidad de vida de la humanidad. 

En la ciudad, el tamaño, el acceso y la ubicación de parques y zonas verdes posee implicaciones ecológicas y sociales (Reyes Päcke, S y Figueroa Aldunce, I 2010). La actividad humana limita el acceso a la naturaleza y aumenta la exposición a riesgos ambientales (aire contaminado, ruido y residuos sólidos). 

Los corredores biológicos interurbanos (CBI) se abren paso frente al gris de la ciudad; para lograr conservar la biodiversidad, reverdecer y aumentar la conectividad de los ecosistemas. Los CBI promueven una mayor y mejor relación de las personas con la naturaleza. 

La humanidad no es dueña de los ecosistemas ¡Dependemos de ellos! 

Brechas de desigualdad

La desigualdad no se limita al plano económico y de ingresos. Es un fenómeno sistémico que abarca muchas esferas de vida de las personas. En el 2019, el PNUD señaló en su Informe de Desarrollo Humano (IDH) que la desigualdad comienza en el momento del nacimiento; define la libertad y las oportunidades de las personas; y se transmite a la siguiente generación.

La desigualdad deteriora las economías al impedir que las personas alcancen todo su potencial en su vida personal y profesional. Con la pandemia, la desigualdad en Costa Rica tomó diferentes manifestaciones. El acceso a espacios verdes al aire libre en paisajes urbanos es una muestra.

Disminuye el acceso al verde

El CBIMA tiene una alta densidad de población y la mayoría de su territorio está urbanizado. El Corredor no cuenta con la cantidad y calidad necesaria de espacios verdes recomendados para una vida saludable. Si bien la Ley Forestal obliga a resguardar las áreas de protección en las márgenes del río, y la mayoría de los distritos ofrecen pequeños parques, estos no cumplen con la recomendación de la OMS.

El Corredor registra 1.126,75 hectáreas de trama verde, el 29% de todo el CBIMA. El resto son áreas de cultivo y pastos (8,40%) y un 65,56% de área construida. 

A partir del análisis de datos realizados de este especial, se identificó que los distritos con más trama verde son San Rafael, Dulce Nombre y San Diego, los 3 de La Unión. Los distritos con menos trama verde están en San José (Carmen, Catedral y San Francisco de Dos Ríos). 

Sin embargo, no toda la trama verde existente suma a los metros de áreas verdes disponibles que recomienda la OMS. Las áreas de regeneración natural o el bosque ribereño son claves para la biodiversidad y brindan servicios ecosistémicos. Pero la mayor parte de estos espacios son inaccesibles y no tienen condiciones para disfrutarlos, por lo que – para efectos del presente análisis – no fueron consideradas en los metros cuadrados de área verde disponible.

Si calculamos los datos de áreas verdes por habitante, pero solamente incluyendo las que sean para el disfrute de las personas (parques, áreas deportivas e incluso jardines privados) la tendencia cambia; los distritos con menos de 9 m2 de superficie verde por habitante son 7, distribuidos en Curridabat (Tirrases), San José (San Francisco de Dos Ríos, Hatillo, Pavas y San Sebastián) y La Unión (Río Azul y San Diego) (ver gráfico 2 y navegar mapa en temática ‘Superficie verde por habitante’).

La OMS indica que estos mínimos 9 m2 por habitante deben ser parques, jardines y espacios que permitan cubrir necesidades sociales. Muchos de nuestros parques no lo hacen.Dentro del CBIMA, ciertos sitios sí cumplen esas necesidades de deporte, cultura y recreación, como La Sabana, el Parque de La Paz, el Parque del Este y el Parque Ecológico La Colina. Estos 4 lugares en miden 197,44 ha. Si lo comparamos con la población total de sus cantones – 619.162 habitantes – concluimos que las personas disponen de únicamente 3 m2 de espacios verdes al aire libre por habitante.

Asentamientos informales con 0 m2

Con datos del MIVAH, dentro del CBIMA identificamos 26 asentamientos informales en 9 distritos:

  • Granadilla y Curridabat 
  • Concepción en La Unión
  • San Rafael en Montes de Oca
  • y Zapote, Catedral, San Sebastián, Hatillo y Hospital en San José.

Al calcular la cantidad de trama verde (parques y áreas recreativas) por habitante para cada asentamiento informal dentro del CBIMA, se identificó que ninguno supera el metro cuadrado por persona y en su mayoría reportan valores nulos en el acceso a estos espacios.

Solamente en 3 asentamientos tienen parques o áreas recreativas:

  • Urbanización Europa 2 en Granadilla con 406,71 m2 para 852 habitantes
  • Los Aserrines en Hatillo (173,20 m2 para 310 personas)
  • y Urbanización Europa en San Rafael de Montes de Oca (936,35 m2 para 570 habitantes)

Ninguno de estos sectores alcanza el mínimo de áreas verdes por habitante que recomienda la OMS.

Áreas verdes y desarrollo social

Al comparar la trama verde por habitante con el Índice de Desarrollo Social (IDS) del 2017 del MIDEPLAN, se muestra una correlación: a mayor extensión de áreas verdes incrementa el IDS. Y en los distritos con los menores IDS también se tiene menos trama verde. Hay excepciones, pero en general el patrón predomina en la mayoría de los distritos (ver Gráfico 3).

Si hacemos la corrección del índice de salud del IDS con la trama verde por habitante, se mantiene un mismo patrón: donde están los mejores índices de salud por distrito existe mayor cobertura de áreas verdes por personas; y en aquellos distritos con menos acceso al área verde de esparcimiento se reportan los índices más bajos (ver Gráfico 4).

Déficit de árboles que calienta la ciudad

Los árboles reducen los niveles de dióxido de carbono; son reservorios de carbono; regulan el clima; amortiguan el ruido; promueven la recreación y la salud mental; y son hogar de biodiversidad.

Estudios estiman que debe haber disponibles como mínimo un árbol por cada 3 habitantes para respirar un mejor aire en las ciudades. Otras reglas urbanas de especialistas de ecología determinan que debería haber al menos 3 árboles por cada hogar. Es decir, desde sus casas las personas deberían visualizar como mínimo 3 árboles.

A partir de una consultoría hecha para PNUD en el CBIMA, analizamos cuantos árboles por persona hay en el CBIMA y ¡no se llega a ni un árbol por persona, en ningún distrito! El valor más alto registrado es en San Ramón en La Unión, que reporta 0,52 árbol por habitante, seguido por Sánchez en Curridabat con 0,44 árbol por persona. Los distritos con menos árboles son Dulce Nombre (0,01) y San Francisco de Dos Ríos (0,02 árbol por habitante) (Ver Gráfico 5 y navegar mapa en temática ‘¿Cuántos árboles tengo en mi comunidad?’)

Esta ausencia de árboles y de áreas verdes contribuyen al calentamiento de la ciudad y al establecimiento de islas de calor. San José es el cantón que reporta una mayor temperatura superficial de la tierra con un promedio anual de 44,9 °C (Gráfico 6).

También es el que tiene mayor número de población y es uno de los cantones con más área construida y poca área verde en su territorio. Tan solo el 37% del cantón capitalino reporta áreas de trama verde (navegar mapa en temática ‘¿Cuánto calor hay en la superficie?’).

El cantón con menor temperatura superficial reportada es La Unión con 36,6°C (GIZ-Biodiver-City, 2020). Esto demuestra que la presencia de trama verde dentro del cantón ha favorecido en la disminución de la temperatura que sentimos. El 77% del cantón de La Unión registra algún tipo de trama verde.

Las mujeres no tienen el mismo disfrute del verde

Cualquier análisis de nuestra relación con la naturaleza debe abordar la desigualdad de género. El 52% de la población del CBIMA son mujeres. Mujeres y niñas viven una violencia estructural que limita su acceso y disfrute a los espacios verdes en la ciudad. 

El acoso sexual callejero limita el libre tránsito de las mujeres, que enfrentan mayores condiciones de inseguridad y por ende menos disfrute del verde.

Según datos del Ministerio Público, desde enero hasta julio del 2021, se denunciaron 263 delitos relacionados al acoso sexual callejero. Y no todas las expresiones cotidianas de acoso sexual callejero son denunciadas.

En Costa Rica, las mujeres cuentan con menos tiempo libre efectivo para disfrutar del verde. Las mujeres dedican 35:49 horas semanales a realizar trabajo no remunerado, mientras que los hombres destinan 13:42 horas en promedio. Es decir, las mujeres aportan 22 horas más que los hombres al trabajo doméstico y de los cuidados (Encuesta Nacional del Uso del Tiempo, INEC-INAMU, 2018)

Datos del Proyecto Paisajes Productivos MINAE-GEF-PNUD evidencian que la participación y el aporte de las mujeres para la conservación y rehabilitación de espacios verdes en la ciudad son fundamentales. Dentro de las iniciativas en el CBIMA de brigadas de reforestación y jardineras, el 83% de participantes son mujeres; al igual que un 74% de quienes se unen a la rehabilitación de espacios.  

Verde para una ciudad más segura

La teoría de las ventanas rotas sostiene que los espacios públicos en buenas condiciones brindan una sensación de seguridad y motivan a las personas a apropiarse de ellos. Mientras que espacios descuidados son dejados en el abandono; aumenta la percepción de inseguridad; y produce un círculo vicioso de mayor desuso y descuido, hasta que, en algunos casos, el sitio es tomado por la criminalidad. 

Cuidar y embellecer los espacios urbanos forman una estrategia preventiva contra la criminalidad y el vandalismo. La prevención del delito implica muchas áreas, pero en este especial nos concentramos en la relación con los espacios públicos.

Según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en el 2020 en los 19 distritos del CBIMA, 404 mujeres y 802 hombres fueron víctimas de robo; mientras que 644 mujeres y 535 hombres reportaron haber sufrido hurtos.

Carmen de San José es el distrito con más inseguridad, una tasa de 219 denuncias por robo por cada 10.000 habitantes (158 denuncias por cada 10.000 mujeres y 282 denuncias por cada 10.000 hombres). Le sigue San Pedro de Montes de Oca y Sánchez de Curridabat.

El año pasado se cometieron 38 homicidios dolosos (4 mujeres y 34 hombres) en los 19 distritos del CBIMA. El Carmen presentó la mayor cantidad de asesinatos (tasa de 7 por cada 10.000), seguido de Hospital (5/10.000). Cuatro distritos tuvieron una tasa de 4 homicidios por cada 10.000 habitantes (San Sebastián y Hatillo en San José, Curridabat y Concepción en La Unión).

Los delitos contra la propiedad no son en los distritos más poblados, sino en distritos de tránsito, lo cual tiene que ver con aglomeraciones, anonimidad, falta de seguridad y de vigilancia natural.  Por eso las intervenciones del espacio son tan importantes para cambiar esas dinámicas.

¿Cómo reverdecer nuestra ciudad?

La pobreza, inseguridad, contaminación y desigualdad se manifiestan de una manera más crítica en paisajes urbanos. Pero al mismo tiempo, las ciudades en su diversidad representan oportunidades para muchas personas; para crear soluciones, generar innovación y conocimiento, y conservar la biodiversidad.

Para que Costa Rica alcance un desarrollo humano sostenible debe transformar el modelo económico y la gestión en las ciudades, a uno sostenible, descarbonizado y con adaptación de todos los sectores a la crisis climática.=

El establecimiento de los corredores biológicos interurbanos son una señal positiva, ya que favorecen un trabajo conjunto. Sector público, privado y sociedad civil trabajan en espacios públicos verdes inclusivos.

Los gobiernos locales juegan un rol fundamental para asegurar que sus habitantes cuenten con espacios verdes al aire libre que funcionen para el ocio, la recreación y el deporte. 

Inicia cuando nos involucramos como ciudadanía, exigiéndole a nuestra municipalidad, y a la vez aportando desde nuestras casas y barrios. Jardines cultivados que atraen biodiversidad aportan de una manera sustantiva a nuestra salud. 

Si unimos los jardines privados con otros puntos de la comunidad creamos microcorredores biológicos, los cuales suman a la conectividad. Es una cadena que suma y se traduce en verde, aire puro y conservación de la biodiversidad. 

Estimada lectora, lector, que llegaste hasta este punto, te recomendamos algunas prácticas con las que podés contribuir a cerrar las brechas y a construir verde, a ejercer nuestro derecho a la ciudad.

Superficie de trama verde por habitante por distrito

Datos de GIZ que contabiliza el total sea charral, áreas de protección de ríos u otros. Está marcado como verde en la escala de colores.

 

Superficie de parques y áreas recreativas por habitante por distrito

Datos de GIZ que el PNUD depuró eliminando el área de charral y contabilizando solo el área de esparcimiento y recreación, para poder preguntarnos si lo tenemos cerca y relacionar ese tamaño completo con la recomendación de OMS. Luego de obtener esa cobertura se dividieron esos metros cuadrados entre la cantidad de habitantes del distrito (según datos del INEC), para obtener cuánto hay por habitante. Marcado por el azul oscuro.

Porcentaje de trama verde en el área de protección por distrito

Las áreas de protección son los espacios en las márgenes de ríos, quebradas arroyos y nacientes. Son esenciales para conservar el agua y por ende la vida. Datos del MOCUPP Urbano y análisis con metodología del INVU evidencian cuánto porcentaje de las áreas de protección tienen trama verde, es decir que hay conservación y no tienen infraestructura gris. En la ciudad muchas de las áreas de protección, ¡las márgenes! del río están invadidas. Este dato es solo a nivel del CBIMA. Marcado por el rosado.

Porcentaje de ocupación de los asentamientos informales por distrito

Datos del MIVAH. Se muestra el área, la población, la cantidad de vivienda y de hogares que están en estos asentamientos informales. Marcado en amarillo.

Superficie de parques y áreas recreativas por habitante en los asentamientos informales

Se toma el dato de trama verde del MOCUPP Urbano y relaciona con los datos del MIVAH sobre asentamientos. Luego se divide la cantidad de áreas verdes recreativas por la cantidad de habitantes de asentamientos informales. Marcado en color celeste.

Cantidad de árboles urbanos por habitante

Al cliquear en esta capa, podrá ver la población total de un distrito y la cantidad de árboles en dicho distrito, dato levantado por el Proyecto Paisajes Productivos MINAE-GEF-PNUD con mediciones base que realizamos con la Universidad Nacional (UNA). El valor más alto registrado es en el distrito de San Ramón en La Unión, que reporta 0,52 de árboles por habitante, seguido por Sánchez en Curridabat con 0,44 árbol por persona. En cuanto a los distritos con menos árboles se ubica Dulce Nombre con 0,01 árbol y San Francisco de Dos Ríos con 0,02 árboles por habitante. Marcado con color vino.

 

Temperaturas superficiales de la tierra